Termina una etapa crucial en mi
vida y no puedo resistir la tentación de dedicar unas palabras al camino. La
experiencia es la única que es capaz de dar consejos, y desde mi corta experiencia
me atrevo a hablarles a los jóvenes y a los no tan jóvenes. Son cinco años dedicados
a pensar, escribir y (sobretodo) divagar dentro de un programa educativo de
enseñanza universitaria superior correspondiente al programa curricular de
Licenciatura en Filosofía (espero que se note todos los excesos de la
academia). Pero ya estoy cansado, admito
que después del camino que elegí hace ya seis años (y os puedo asegurar que sin
conciencia de causa) no quiero seguir pensado en Filosofía, una disciplina,
disposición vital o conocimiento (sabe dios qué es) que sin duda ofrece sus
frutos con los años. Ahora quiero dedicarme a la vida, la Vida con mayúsculas.
Y por eso, porque nada me importa más que la Vida, mi (¿justificado?) consejo
es para ella. Estas son unas palabras que pronuncié el 18 de Septiembre de
2013 y que sin duda es el mejor consejo que nunca podré dar:
“No caigas en la
arrogancia,
Escucha más que
habla,
Crea más que
destruye,
Relaciona más que
limita,
Y te irá bien en el
camino”
Y añado ahora:
Y nunca olvides que
lo más valioso en la vida no es lo que se tiene,
sino lo que se comparte (sobre todo con tus
seres queridos)
Y de esos 5 años de carrera académica también te llevas gente para acompañarte (esperan) en esa Vida. Un abrazo Bartoo
ResponderEliminarFelicitaciones. Todo fin es una resurrección, un despertar. Bendiciones.
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